domingo, 5 de abril de 2009

Dimensión de brillo infinito


Embelesamiento. Claridad. Díficil que estas 2 palabras vayan juntas, pero al mirarte, juro que es lo que predomina en mí. No puedo creerlo, todavía...el hecho de que realmente estemos juntos, de que después de tragar toneladas de agua de tormenta, ahora esté saboreando esta luz. Estoy, al mismo tiempo segura, de que cada paso que damos juntos, es el indicado. Los relojes en la pared dicen que el tiempo va pasando, los relojes de arena dicen que el tiempo se está acabando. Pero en la perfección exquisitamente cincelada en las miradas, los relojes se esfumaron como una tormenta en la playa...No hay tiempo, no hay espacio. Sólo hay nosotros, sólo hay un par de manos fuertemente agarradas, que no se van a soltar ni cuando llegue la tempestad más fuerte de todas las vidas. "Es como un cuento de hadas", diría vulgarmente. Pero sabemos que es mucho más que eso. Porque los cuentos de hadas tienen un final feliz, pero en cada fibra de pasión, gloria y porvenir de nuestro ser, está la dulce certeza de que aquí no hay FINAL. La gente cambia, las hojas caen rendidas de los árboles, mil corazones se quiebran y otros mil renacen, pero este amor está intacto. Y al mirar esos ojos del color de un cielo de verano envuelto en cristal, al dejar que mis labios sean deliciosamente devorados por los tuyos, de elixir de frambuesas, al hundirme en lo más profundo de tu abrazo que no me dejaría escapar...Estoy segura de que no hay cosa en el mundo impredecible que agradezca más a Dios que haberte encontrado.

viernes, 3 de abril de 2009

Quisiera estar ahí


Se apagan las luces de la burbuja de cristal. Se encienden sólo siento mi respiración contra la ausencia. Miro alrededor, pero no hay rincones, no te estás escondiendo. El pulso golpea la verdad, y la verdad es que no hay nadie aquí. Estoy encerrada en el tedio de esperar. Miro el techo y parece un reflejo, no hay nada. Las líneas tratan de formar algo, pero sólo hay humo invisible, pero que de alguna forma yo percibo. Quiero salir un rato, sentirme más viva, estar con vos y que me recuerdes todo lo bueno que a veces parezco olvidar. Volvé de esa nube y ayudame a subir, que acá el frío está empezando a entumecerme cada vez más.

jueves, 2 de abril de 2009

En el borde de la aguja


La luz logró inundar mi habitación, pero sólo mi habitación. Hay unos postigones que encerraron hoy a mi corazón, evitando que pueda entrar una sola rendija de luz. Pesadas cortinas de plomo...Dios Santo, cómo me pesan...Cuando al fin creí encotrar un refugio del cataclismo, tengo miedo de encontrarme a la intemperie de la soledad otra vez. Tardé casi lo que tardaría el infierno en congelarse, tardé tanto que apenas sobreviví. Pero sobreviví. Ahora me está aplastando la desconfianza, que me gustaría decir que no te la ganaste, pero no puedo, porque en parte sí fue así. Cómo puedo entregarle mi corazón a alguien cuando me enredaron tantas mentiras de lenguas viperinas y ojos encantadores? No sé, pero te di el poder de convencerme, y lo hiciste. Las aguas estuvieron azules y cristalinas, calmas como un suspiro en el atardecer, me prometiste el mundo y yo te creí, pero de repente siento que las cosas no eran como parecían, y que los corazones de oro, sólo están bañados en el, no rellenos hasta lo más íntimo de ellos. Me tambaleo, y resbalo, pero no me caigo. Porque lo más posible quizás sea que lo mucho que te necesito y que te amo sea mayor a lo mucho que me decepcionaste.Aacabo de hablar con vos, y ninguno sabe qué decir. Qué va a pasar? Me da un escalofrío en el alma pensar que las cosas se terminen así.

Antes de todo


Este es un mundo donde las cosas muchas veces se rompen en infinitos pedazos incluso antes de empezar. Antes de ver la luz del día, la oscuridad de la noche, antes de los sentimientos, antes de los latidos...Cómo construir algo en donde nos quieren hacer creer que ya todo está hecho? Cavar un pozo en un agujero negro, tirar una antorcha a un incendio, tirar un vaso de agua al océano. Pareciera que todo es inútil. Y pensás: ¿de qué sirve, de qué diablos sirve que lo intente si ya las cartas están echadas? Bueno...pensá esto también: posiblemente hayan miles o, quien sabe, millones de personas que piensen exactamente lo mismo que vos. No hay nada que los incentive, ya que, ¿quién quiere llorar por la leche derramada? Pero...¿y si la leche no se volcó? ¿Si todavía queda una esperanza? Un grano de arena puede parecer insignificante, pero si hablamos de millones de granos de arena, estamos hablando de una playa. Pueden llegar a ocasionar una terrible tormenta de arena, clavarse miles de ellos en la piel del enemigo, de la maldad, de la ignorancia, de la avaricia...Y de la absorbente y a la vez evadida realidad.